Después de que Anton Cobb leyó un artículo sobre la experiencia de una niña de 14 años y su familia usando el Banco de Comida por primera vez, el se sintió inspirado y un día en su hora del almuerzo, se le ocurrió una idea.
Así, el decidió saltarse su almuerzo cada miércoles y donar el dinero de este a el Banco de Comida de Oregón.
El compró un mantel y diseñó un cartel en el que se lee “Me estoy saltando el almuerzo, para que 30 niños no lo tengan que hacer, quieres unirte?” y pasó su primera hOURLUNCH sentado en un parque de Portland.
El apoyo fue inmediato y abrumador y fue así como nació hOURLUNCH.
Ya han recaudado más de 34.000 comidas para niños.
Tu también quieres saltarte tu almuerzo?